Mi trabajo empieza con papeles que elijo con intención. Los pinto, los corto, los acomodo en el lienzo, los superpongo. Me dejo llevar por el color, por lo que aparece cuando una textura toca a otra o un tono se mezcla con el de al lado. No trabajo con boceto, pero sí con una atención plena al recorrido, al ajuste fino, a cómo se sostiene la liviandad sin perder profundidad. Y persigo esa sensación de bienestar que aparece cuando encuentro un equilibrio, una claridad, un descanso visual.